5 y 6 de abril.- ¡Qué dos días de esquí, colegas!
La Semana Santa ha salvado la temporada de esquí en Cerler.
Afluencia masiva a las pistas que no provocó aglomeraciones gracias a que toda la estación estaba operativa. (hasta las pistas negras, que siempre están cerradas)
Solazo que nos quemó las jetas (falta de previsión por mi parte a cuenta del pronóstico nefasto que nuestro ilustre Instituto Nacional de Meteorología había anunciado para esta semana) y descensos de vértigo sobre nieve inmejorable y absolutamente inpensable para estas alturas de temporada.
De camino hacia el "Piri", a la altura de "Zirigoza", espectáculo alucinante del Ebro cuya superficie llegaba hasta un metro por debajo del nivel de los puentes. Por supuesto, todas las parcelas aledañas parecían arrozales en vez de campos de alfalfa.
Los embalses de los valles más altos a tope y alerta para soltar tralla antes que desborden con el deshielo.
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